A Laura, una ilustradora de 20 años, le regalan un bloc que predice los acontecimientos. «En la primera hoja realiza una copia de una fotografía con sus amigas en el Muelle Uno, y en las páginas siguientes el dibujo se ha reproducido misteriosamente y va cambiando: una de sus amigas, María, sufre unos cambios físicos muy drásticos hasta que llega un momento en que desaparece», cuenta el escritor Manuel J. Rodríguez.

Este misterioso fenómeno, que llevará a Laura a indagar en su vida de quinceañera, cinco años atrás, es el motor de El bloc de las edades, el libro de misterio e intriga, con una reflexión sobre la violencia de género entre adolescentes, que se ha hecho con el último premio Alandar de Literatura Juvenil, de la editorial Edelvives, entregado el pasado 31 de mayo en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid.

«Para mí esto es una sorpresa y una satisfacción muy grande», confesaba ayer Manuel J. Rodríguez. El escritor madrileño, funcionario de Justicia, está casado con una malagueña y lleva más de 30 años en Málaga, la ciudad en la que ha ambientado esta novela.

«Aparecen los lugares y monumentos más significativos de la ciudad, y me he fijado mucho en mis hijas a la hora de ver cómo hablan los personajes», cuenta.

Padre de dos hijas de 13 y 17 años, confiesa que «escribo al ritmo que crecen ellas», por eso es autor de un sonado éxito en los colegios de Málaga, El secreto del árbol que escribió cuando eran más pequeñas y también de Guille y el equipo Cascarria, finalista del premio Ala Delta y publicado el año pasado por Edelvives, dirigido a lectores de 10 a 12 años. La obra tuvo como telón de fondo la violencia escolar.

«Me gusta observar y escribir historias que sean entretenidas, envueltas en el misterio y la aventura, pero al mismo tiempo me gusta despertar algo en la conciencia de los niños, por eso hay un trasfondo un poco social en todo lo que escribo», confiesa.

En el caso de El bloc de las edades, para lectores a partir de los 14 años, trata la violencia de género en la adolescencia, un asunto que conoce por su trabajo como funcionario de Justicia. «Un informe de la Fiscalía de 2017 advertía que las denuncias entre adolescentes habían subido un 25% solo en un año», destaca.

Para el autor, se trata de un problema que tiene que ver con la educación, pero también con la normalización de un tipo de música, «muy agresiva y dura que cosifica a la mujer totalmente; aunque no parezca importante es algo que va calando y se van empapando de esa cultura», lamenta.

Gran lector, le debe mucho a los cuatro años embarcado en la corbeta Vencedora, en su época de marinero en la Armada. «Tuve la oportunidad de leer mucho, pero también de viajar y de conocer a gente de muchas partes distintas. Cuando me pongo a escribir salen personajes y anécdotas de entonces. Fue una experiencia dura pero enriquecedora».

También le marcaron dos años de taller de escritura creativa, hace casi dos décadas, con un profesor entusiasta. A todo este bagaje hay que sumar su constancia en la escritura diaria, de hora a hora y media por las tardes.

Su próxima novela, para niños de 10 a 12 años, ya está marcha. Tendrá muchos ingredientes, incluida una reflexión «sobre lo peligros que es acabar con la diversidad en la sociedad».